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Me pregunto qué mujer no desea en su corazón ser bella. Creo que es un anhelo muy genuino del corazón de nosotras las mujeres y es precisamente por esta razón que hoy quiero dedicar un espacio en mi blog para hablar acerca de la belleza bíblica.

El libro de Ester nos ayudará a entender, por lo menos inicialmente, este asunto de la belleza.

Ester 2:1-14

“Después de algún tiempo, el rey Asuero, con el ánimo ya calmado, se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y del decreto promulgado contra ella. Entonces los funcionarios de su gobierno le dijeron: —Es necesario que se busquen para el rey jóvenes vírgenes y bellas. Que nombre el rey delegados en todas las provincias de su reino, con el encargo de traerlas todas al palacio de las mujeres que el rey tiene en la ciudadela de Susa, y que sean puestas al cuidado de Hegai, hombre de confianza del rey y guardián de las mujeres. Que Hegai, a su vez, las someta a un tratamiento de belleza, y que la joven que más le guste al rey sea nombrada reina y ocupe el lugar de Vasti. La idea le agradó al rey, y así se hizo. En la ciudadela de Susa vivía un judío llamado Mardoqueo, hijo de Jaír, y descendiente de Simí y de Quis, de la tribu de Benjamín. Era uno de los muchos que el rey Nabucodonosor de Babilonia había desterrado de Jerusalén junto con Jeconías, rey de Judá. Mardoqueo tenía una prima, huérfana de padre y madre, que él había adoptado como hija cuando sus padres murieron. Se llamaba Hadasá, o Ester, y era muy bella y de hermoso porte. Cuando el edicto del rey se publicó y muchas jóvenes fueron reunidas en el palacio real de la ciudadela de Susa y puestas bajo el cuidado de Hegai, el guardián de las mujeres, entre ellas estaba Ester. La joven agradó mucho a Hegai y se ganó su estimación, así que Hegai la sometió en seguida a un tratamiento de belleza y le dio los mejores alimentos; puso a su servicio siete de las mejores criadas que había en el palacio real, y con ellas la trasladó a las mejores habitaciones del palacio de las mujeres. Ester no dijo nada sobre su raza ni su familia, pues Mardoqueo le había ordenado que no lo hiciera. Y Mardoqueo se paseaba todos los días frente al patio del palacio de las mujeres, para saber si Ester estaba bien, y cómo la trataban. Todas aquellas jóvenes eran sometidas a un tratamiento de belleza durante doce meses. Los primeros seis meses se untaban el cuerpo con aceite de mirra, y los seis meses restantes con perfumes y cremas de los que usan las mujeres. Terminado el tratamiento, cada una de las jóvenes se presentaba por turno ante el rey Asuero, y se le permitía llevar del palacio de las mujeres al palacio real todo lo que pidiera. Iba al palacio real por la noche, y a la mañana siguiente pasaba a otra sección del palacio de las mujeres, que estaba al cuidado de Saasgaz, hombre de confianza del rey y guardián de las concubinas; después de eso no volvía a presentarse ante el rey, a menos que a éste le hubiera agradado y la mandara llamar”.

Nosotras debemos ser sometidas a un tratamiento de belleza, pero no cualquier tipo de belleza: una belleza espiritual.

¿Qué es la belleza?

Para hablar del concepto de belleza, he elegido tres fuentes. Veamos:

1. Definición de un diccionario: 
“Cualidad de una persona, animal o cosa capaz de provocar en quien los contempla o los escucha un placer sensorial, intelectual o espiritual”.

La belleza es para ser “contemplada por otro”. La intención de la belleza es que sea percibida por otro y le produzca placer, una sensación de bienestar, confort y alegría. El problema es que hemos tenido nuestra mirada en la belleza que hace que las personas nos contemplen y no en la belleza que hace que Dios nos contemple. Nuestro enfoque ha estado equivocado y es allí precisamente donde debemos intervenir. 

2. Definición de Wikipedia:“Es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana. La belleza se estudia dentro de la disciplina filosófica de la estética, además de otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social. Vulgarmente la belleza se define como la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción. 

Belleza humana: La caracterización de una persona como «bella», ya sea de forma individual o por consenso de la comunidad, a menudo se basa en una combinación de belleza interior, que incluye los factores psicológicos —tales como congruencia, elegancia, encanto, gracia, integridad, inteligencia y personalidad —, y belleza exterior, es decir, atractivo físico, que incluye factores físicos —tales como juventud, medianidad, salud corporal, sensualidad y simetría—.

Fealdad: La fealdad es una propiedad de una persona o cosa que no es agradable de mirar. En muchas sociedades el juicio de ser considerado “feo” equivale a ser poco estético, repulsivo u ofensivo. Al igual que su opuesto, la belleza, la fealdad implica un juicio subjetivo y está por lo menos en parte, en el “ojo del observador”, tampoco se debe olvidar la influencia ejercida por la cultura del observador”. 

Si analizamos en profundidad todo el artículo publicado en Wikipedia sobre el concepto de belleza, entenderemos que la belleza humana es contextual y está basada en criterios humanos según las culturas y las comunidades. 

Debemos ser conscientes de que existe un concepto superior de belleza y es el concepto que Dios tiene de lo bello. Ese es el que Él mismo quiere instalar en mí. 

3. Definición expresada por Sócrates en la obra “Fedro” de Platón: 

“El hombre que tiene este deseo (el de la belleza verdadera) y que se apasiona por la belleza, toma el nombre de amante”.

“En cuanto a la belleza, ella brilla, como ya he dicho, entre todas las demás esencias, y en nuestra estancia terrestre, donde lo eclipsa todo con su brillantez, la reconocemos por el más luminoso de nuestros sentidos. La vista es, en efecto, el más sutil de todos los órganos del cuerpo. No puede, sin embargo, percibir la sabiduría, porque sería increíble nuestro amor por ella, si su imagen y las imágenes de las otras esencias, dignas de nuestro amor, se ofreciesen a nuestra vista, tan distintas y tan vivas como son. Pero al presente solo la belleza tiene el privilegio de ser a la vez un objeto tan sorprendente como amable”.

Esta definición me ha gustado particularmente porque, como lo leemos en “Fedro”, la belleza está asociada al amor. Este pensamiento tiene mucho sentido para mí, pues entre más bello encuentro al Señor, más lo voy a amar; y entre más lo ame, más se va a instalar en mí su carácter y su belleza. Como consecuencia natural, me volverá tan bella como Él es. Precioso. 

¿Cuál es el concepto de belleza que Dios quiere instalar en mí?

Dios quiere darme SU belleza. Me hizo conforme a su imagen y según su semejanza:

Génesis 1:27
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

Efesios 2:10
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

Por mucho que nosotros quisiéramos ver físicamente a Ester en este momento no podemos hacerlo. No hay ninguna fotografía o video al cual podamos acceder que nos dé cuenta o nos muestre su belleza física. La belleza que de ella nos quedó en este tiempo y de la cual podemos hablar en este momento es la belleza interna, la del corazón… La belleza externa desaparece, mientras que la belleza interna permanece en el tiempo y da mucho fruto. 

La belleza interna es la que viene del Señor y está asociada a la excelencia, la inocencia y la hermosura del corazón. La sensualidad es la que es dada por el diablo y está asociada a la lascivia, la extravagancia y el lujo. 

Paul Washer afirmó en el año 2012, durante una prédica sobre la verdadera belleza de una mujer, lo siguiente: “Si tu ropa es un marco para tu rostro está bien, porque del rostro resplandece la Gloria de Dios. Pero si tu ropa es un marco para tu cuerpo, eres sensual y Dios odia lo que estás haciendo porque eres un tropiezo para los demás”. 

Vivimos en medio de una cultura que es sensual, pecaminosa y sucia. La invitación que nos está haciendo el Señor en este momento es a que nos sometamos a ese tratamiento de belleza celestial, en el cual Él mismo se quiere asegurar dejarnos completamente bellas para su Gloria.

¿Cuáles son las características de una mujer verdaderamente hermosa en Cristo?

Para el Señor, una mujer verdaderamente hermosa:

1. tiene una belleza incorruptible, que procede de lo íntimo del corazón.

2. tiene un espíritu suave y apacible.

1 Pedro 3:3-4
“Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios”.

3. resplandece y refleja el brillo de la Gloria del Señor.

Isaías 60:1
“¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”.

4. sirve a Dios.

1 Timoteo 2:9-10
“En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios”.

5. despierta la admiración y el amor del Señor.

Cantares 4:7
“Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno”.

6. se viste decorosamente, con modestia y recato.

7. se adorna con buenas obras.

Efesios 2:10
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

8. teme al Señor.

Proverbios 31:30
“Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza”.

9. se renueva día a día.

2 Corintios 4:16
“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día”.

10. lo es desde su corazón, no desde su apariencia física.

1 Samuel 16:7
“Pero el Señor le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”.

11. es sana.

Ester 2:12
“Todas aquellas jóvenes eran sometidas a un tratamiento de belleza durante doce meses. Los primeros seis meses se untaban el cuerpo con aceite de mirra, y los seis meses restantes con perfumes y cremas de los que usan las mujeres”.

¿Recuerdas que Ester fue sometida a seis meses de tratamiento con aceite de mirra? Pues bien, te sorprenderá saber que tanto la resina de mirra como el aceite tienen una larga historia de uso medicinal, valorado por sus increíbles propiedades que ayudan a la cicatrización de heridas.

Esto nos habla de que una mujer verdaderamente hermosa ha experimentado sanidad real y completa en su vida. Sus heridas han sido cicatrizadas y no tiene ni reclamos ni quejas contra el Señor ni contra las personas en ningún sentido. 

Para finalizar, recuerda que el Señor quiere que nosotras las mujeres nos sintamos realmente bellas y que creamos de todo nuestro corazón que Él tiene el potencial para hacernos verdaderamente hermosas (no para nuestra gloria, sino para la suya).

Salmos 139:13-14
“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!”.

Un abrazo y que el Señor te continúe bendiciendo.

Bibliografía

https://es.wikipedia.org/wiki/Belleza
https://aceitesyaromas.com/mirra/

Andrea Suárez Salazar

2 Replies to “La verdadera belleza de la mujer”

  1. Qué cierto! La verdadera belleza, la celestial, tiene como base la sanidad del corazón. En Proverbios 15:13 Dios nos afirma que el corazón alegre le da hermosura al rostro.

    Muchas gracias por tus reflexiones, son de mucha bendición para mí.

    1. ¡Qué linda, Lore! Muchas gracias por tus comentarios. Que el Señor nos conceda día a día la gracia de ser verdaderamente hermosas para Su Gloria.

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