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LA CABAÑA
Autor: WM. Paul Young

(Tiempo estimado: 4 – 6 minutos)

Películas vs. libros

Una buena razón que tenemos las personas que disfrutamos la lectura para no ver películas que han sido adaptadas de libros es que, al hacerlo, le quitamos libertad a nuestra imaginación al leer el libro. Nuestra mente se ve ferozmente sacudida por las escenas que muy hábilmente llevaron los cineastas a la pantalla grande y se hace difícil “imaginar” esos mundos posibles que los textos describen página tras página.

Pese a que personalmente vi primero la película, encontrarme con el libro “La cabaña” en una biblioteca callejera de Santo Domingo fue un hallazgo increíble. Fue de los primeros libros que encontré con mi mirada inquieta y enfocada en la sección “espiritualidad” y la verdad es que debo confesar que me encantó verlo agrietado, roto y hasta subrayado (evidencias contundentes de que otros ojos curiosos ya lo habían degustado al pasar).

Lo importante

Como fuera, ese libro me gritó que lo llevara conmigo: de modo que solamente le pedí permiso a “Papá” y tanto Jesús como Sarayu estuvieron de acuerdo. Solamente me tomó seis días y 270 páginas para descubrir la gran broma de Young: se trata de una historia de ficción. Él mismo lo confiesa en la página 265: “La inventé”; y así, tan simple y tiernamente se burla del lector que ha tenido atrapado en sus redes de metáforas preciosísimas por casi una semana. Le sonreí de regreso.

Y es que eso es lo que genera la historia escondida en una pequeña cabaña del lago Wallowa de Oregon (Estados Unidos) en “donde la tragedia se encuentra con la eternidad”: sonrisas.

Pero no solo sonrisas. También lágrimas (que colecciona Sarayu cuidadosamente en un frasco de vidrio), guiños de ojos de Papá, rabia, miedo, dolor, tristeza (La Gran Tristeza), esperanza, consuelo, paz… mejor dicho: un sinnúmero de emociones diversas que no me evitaría aún sabiendo que se trata de una historia ficticia (y con el agravante mayor de haber visto la película antes). En fin.

Lo que sí es cierto es que no fue la emocionalidad lo que más me gustó del libro. Sin duda disfruté mucho de ese diverso carrusel de emociones; no obstante, creo que lo que más me atrajo fueron las descripciones suprarracionales de los personajes, los eventos y las intrincadas conversaciones teológicas que sostuvo Mack, su protagonista, con Dios (“Papá”), Jesús y el Espíritu Santo (“Sarayu”). ¡Ahora lo entiendes!

Asuntos sobre la justicia, la gracia, la misericordia, la ley, la obediencia, el juzgar a los demás y la sujeción (solo por mencionar algunos) son tratados en varias de sus páginas, lo que conlleva no solo a leer por diversión sino también a releer con cuidado (¡Incluso marqué algunas de sus páginas con preguntas y tareas que querré estudiar en un futuro!).

¡Cuidado!

Al escribir una reseña de un libro, deberás suponer, por supuesto, que mi intención no es solamente contarte mis impresiones, sino también invitarte a leerlo. ¿Qué otra motivación tendría yo para tomarme el tiempo de leerlo y escribirte todo esto? En verdad, te recomiendo que lo leas. Es una gran pieza artística de la literatura cristiana que deberías contemplar como creyente (así no te consideres muy buen lector o hayas cometido el mismo “error” que yo: ver la película antes).

No obstante, debes leer con cuidado. Pese a que alrededor de un 40% del manuscrito en su primera versión fue omitido en su edición impresa final para tratar de evitar debates sobre asuntos teológicos difusos o complejos, yo te sugeriría que tengas los ojos alerta, el corazón atento y la mente abierta mientras lo lees. Hay algunos asuntos tan profundos como un abismo de conceptos desde el cual podría no verse muy bien el fondo, y otros que fácilmente prenderían unas hermosas alarmas de hermenéutica bíblica y apologética.

No se puede perder de vista que, por “lindo” que parezca el texto, no deja de ser escrito por un hombre y que la experiencia subjetiva de su relación con Dios podría no necesariamente coincidir con la tuya. Por eso es mejor ser cuidadoso y aventurarse en la mágica experiencia de leer y disfrutar de la manera en la que un excursionista experimentado se abriría paso en un espeso bosque: con cuidado.

La historia

Mack, padre de cinco hijos, decide acampar un fin de semana con tres de ellos cerca de un lago. Una serie de sucesos inesperados termina en el rapto y brutal asesinato de su preciosa hija de cinco años. Abatido por la invaluable pérdida y sumido en una Gran Tristeza, se carga con Dios por lo sucedido cuestionando severamente, como un juez, su amor, misericordia y paternidad. ¿Qué clase de Dios es ese que permite tan brutal asesinato, al igual que tantas atrocidades y dolor en el mundo? Ciertamente uno que no es ni tan bueno ni tan poderoso como lo afirma La Biblia. Este es el punto de partida de la hermosa travesía espiritual que inicia en el corazón de Mack y que termina en una sanidad plena y total, evidencias del poder de nuestro Señor Jesucristo para reconciliarnos con Él y restaurar nuestra alma de una manera en la que nadie más podría hacerlo.

Como ya te hice el más grande ‘spoiler’ del libro (es decir, que no se basa en hechos reales), me temo que no voy a contarte nada más. Léelo. No es solamente una lectura suave, cálida, ligera y fluida para un tiempo de vacaciones; sino también la oportunidad para que algunas escamas caigan de tus ojos y veas a Dios de otras maneras. ¡Hay tanto para aprender de Él! Es un universo de revelación maravilloso del cual podemos disfrutar alegremente también desde la literatura. ¡Realmente vale la pena!

Un abrazo para ti, estimado lector. Sobra agradecer el que me leas. Es una bonita manera de acompañar la soledad de mis noches desde la distancia.

¡Dios te bendiga!

Andrea Suárez Salazar

4 Replies to ““La cabaña” por WM. Paul Young”

  1. La cabaña nos demuestra como cada uno de nosotros puede estar inmerso en un gran universo de ideas y pensamientos, que aunque somos únicos somos iguales al estar diseñados de una gran estructura de sentimientos y emociones con la libertad de percibir e interpretar un sin número realidades tangibles o intangibles convirtiéndonos a su vez en autores de nuestras propias decisiones que para mal o para bien han creado nuestra propia experiencia de vida y nuestra propia percepción de eternidad o vida eterna, en 100 años, ¿ dónde estaremos ?, quienes creemos en la resurrección y en la vida eterna estaremos con nuestro amado Jesús.

    1. Dios permita que así sea en nuestras vidas y en nuestra eternidad, César. Él es nuestro comienzo y nuestro destino final… el fundamento de nuestra fe vale para nuestra vida terrenal y eterna, por siempre y para siempre.

      Un abrazo con cariño para ti.

  2. Hola Andrea, muy interesante haber encontrado este libro, hubiera sido bueno no haber visto la película para asi poner a volar la imaginación, yo también vi la película pero leer el libro hubiera sido interesante, es algo que todos deberíamos hacer… leer y leer…
    Que bendición, tremendo análisis.
    A leer y a disfrutar.
    Que el SEÑOR te siga bendiciendo inmensamente y gracias por estas publicaciones.

    1. Muchas gracias por su comentario, don Gonzalo. Tiene razón: la lectura nos ayuda muchísimo a fortalecer nuestra imaginación. Este libro en especial logra llevarlo a uno a escenarios hermosos de profunda revelación de la Palabra de Dios.

      Un abrazo y muchas bendiciones.

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