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(Tiempo estimado: 8 – 10 minutos)

Mientras callé, se envejecieron mis huesos 
En mi gemir todo el día.
Salmos 32:3 (RVR 1960)

Hoy completo mi tercera entrada gritando por la vida, así que si no has leído las dos anteriores publicaciones “Grito por la vida” y “Alguien gritó por la vida”, te invito a que lo hagas antes de leer esta. De corazón espero que no te canses pronto del eco que resuena en el fondo de mis palabras… te recuerdo que ya son catorce años del trágico episodio de la muerte de mi padre. 
Han sido catorce años preciosos (¡sin lugar a dudas los mejores de mi vida!) por los cuales he transitado con los ojos nuevos y el corazón abierto. Más de una década de encuentros con mi Padre: el único y verdadero… ¡el papá más grande del mundo y del universo enteros! Por eso (y porque entre otras cosas no es tan fácil para mí hablar de este tema), es que me estoy tomando mi buen tiempo para ir publicando, con calma, pensamientos nacidos de antiguos lamentos.  

En esta ocasión, te ofrezco una entrada algo “académica”. Te advertí hace un par de días que mis publicaciones serían entre literarias, científicas y medio filosóficas, así que gracias por tu paciencia con este estilo que el Señor me ha dado para escribirte. Como es mi costumbre, cito la Biblia siempre como primera fuente en las entradas de mi blog (¡así tiene que ser!); sin embargo, hoy me serviré de la teoría para explicar -o mejor introducir- el asunto de la despersonalización. Te anuncio entonces que haré ciertas referencias teóricas acerca de dos conceptos: el depersona individuo, sirviéndome de algunos apuntes sobre la teoría del personalismo propuesta por Emmanuer Mounier.

Persona

El concepto de persona es tan amplio como el trasegar mismo de la historia de la humanidad. La época antigua es quizás la que introduce con mayor fuerza la discusión sobre conceptos como el de sujetohombreindividuo y persona. De allí hasta nuestros días se han construido diversos discursos acerca de ellos, pasando desde las concepciones del cristianismo, el racionalismo, el idealismo moderno, el período de las luces, la revolución francesa, el romanticismo, el existencialismo, el personalismo, en fin. No es interés de este documento hacer un estado del arte de la noción de persona, sino más bien aclarar que en medio de esos discursos filosóficos, destaco la postura cristiana y el personalismo como dos perspectivas de referencia apropiadas para hablar de la temática que nos convoca este grito por la vida.

La persona de la cual habla Mounier forma todo un universo personal con ciertas estructuras que son susceptibles de poner en evidencia, al descubierto. Vista desde esta perspectiva, la persona no es ni un objeto ni lo es tampoco lo que en cada hombre puede ser tratado como tal; tampoco es una sustancia abstracta interna o escondida bajo nuestros comportamientos.  Es -y más bien configura- un universo, una actividad de autocreación y descubrimiento constantes que se aprehende y se comunica: que se hace. Ser y hacerse persona es por lo tanto, una experiencia. Una experiencia que fue pensada por nuestro Padre Todopoderoso desde antes de nuestro nacimiento, mientras éramos formados en el vientre de nuestras madres: 

Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. 
Salmos 139:6  (RVR 1960)

Individuo

Persona también es “prosopo”. Esta palabra de origen sánscrito es un recurso etimológico apropiado para comprender también el sesgo de la elección intencional de la noción persona, en contraposición con la palabra individuoProsopo quiere decir “máscara” y ha sido entendida como “dignidad” o “ganar en dignidad”. La noción de individuo es radicalmente opuesta, pues hace referencia a lo particular, lo indivisible, lo único. 

El individuo es un ser sin nombre, mezclado entre muchos, que no existe por sí mismo sino que se visualiza como una parte minúscula dentro de un “gran todo”. El concepto de individuo es triste y desconsolador, en tanto el individuo no es necesario para que alguna especie continúe y es fácilmente reemplazable por otros individuos. 

¿Logras entender el porqué es tan frío y tan grave para un ser humano comenzarse a sentir como un individuo? Cualquier persona que contempla la individualidad en su corazón es porque está dejando de ser, y por lo tanto, corre el peligro de iniciar su tránsito hacia la fatal decisión del suicidio. Mi papá fue víctima del engañoso susurro de esa clase peligrosa de individualidad. Grave cosa le fue el haberlo escuchado y consentido… ¡Debió haber gritado por su vida a tiempo!

Personalización y Despersonalización

La experiencia de hacerse persona podría llamarla “proceso depersonalización” y tiene como características el ser desinteresado, libre, personal y no condicionado. Nadie puede ser obligado a él, pero no vivirlo es perder la esencia de la vida: es estar sometidos al embotamiento temporal de la existencia, como lo afirmaba Mounier en su obra “El Personalismo”: 

“Quien se niega a escuchar el llamado y a comprometerse en la experiencia de la vida personal, pierde el sentido de ella, como se pierde la sensibilidad de un órgano que no funciona”. 

He aquí el punto crítico del asunto del suicidio al cual quería llegar: la despersonalización es la pérdida progresiva del sentido de la vida que se da como consecuencia de la pérdida del sentido de ser persona. 

Suena terrible, y en verdad lo es. 

El asunto de la despersonalización es una cosa realmente grave. Dejar de ser tanto en la esfera de lo íntimo como en la de lo público se asemeja a la lenta muerte que experimenta la rana que nada tranquila en agua fría -creyendo que no pasa nada- mientras le prenden la estufa para cocinarla.

Tercer grito por la vida

¿Sabes algo? Mi tercer llamado a la vida es un grito muy personal para ti, pues eres una persona de altísima valía. Dios el Padre te predestinó para que por medio de Jesucristo fueras adoptado como su hijo según el puro afecto de su voluntad (Efesios 1:5) y está realmente comprometido con tu caminar en esta vida y con el cumplimiento de su propósito en ti, en otras palabras… ¡con tu proceso de personalización

Si por la gracia soberana y sublime de nuestro Dios ahora disfrutas tu vida como persona y no como individuo, es momento de darle al Padre un grito de gratitud. Si por el contrario, te has venido sintiendo más como individuo y no como persona, déjame advertirte que estás en peligro y en el fondo no quieres sentir el vértigo de la muerte. ¡Hoy grito por tu vida delante del Padre en el nombre de Jesús! Rechaza ya la idea de ser individuo y abraza tu destino en Cristo como persona y como hijo muy amado de su corazón. Él está dispuesto a resucitarte y a sentarte en lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 2:6). 

Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1 Corintios 2:9 (RVR 1960)

Andrea Suárez Salazar

6 Replies to “Un grito muy personal”

  1. Andre que bendición, lo he vuelto a leer!! Persona e individuo son palabras muy profundas para expresar lo que en verdad cada uno somos!!… Proverbios 15:15. Todos los días del afligido son difíciles;

    Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo… Gracias!!

    1. Muchas gracias por tu comentario, César. Que el Señor nos ayude a tener un corazón gozoso todo el tiempo. ¡Hay muchas razones para tenerlo!

      Dios te bendiga.

  2. Andre: ¡Qué fácilmente somos adiestrados en corrientes de pensamiento inclinadas al individualismo! Pienso en las artes, la literatura, la economía, el consumismo, las políticas de gobierno… todo en este mundo ha procurado robarse el valor de la vida de las personas. Es urgente el llamado por la vida, la nueva vida nacida de un encuentro con Su Autor y Dador. Gracias por tus reflexiones y por compartir los dulces frutos de tu dolor del pasado con nosotros. Dios continúe bendiciéndote.

    1. Hola Lore,

      Muchas gracias por tu comentario. Todo lo que dices es muy cierto. Dios permita que seamos guardados de las voces humanistas que sobreabundan en este siglo y que han leudado casi que todas las esferas de la vida y de la sociedad. Que entendamos realmente cuán grande es el valor y el amor que Dios nos ha dado como personas (y no como individuos), al punto de dar a su único hijo en una Cruz por nosotros.

      Muchas bendiciones para ti.

  3. A veces es difícil uno sentirse como tal, como persona, pero como escribes ahí, Jesús vino a rescatarnos y nos ayuda a no tocar fondo.

    1. Claro que si, Dani. ¡Que Él mismo sea concediéndonos la gracia de sentirnos como lo que realmente somos: hijos muy valiosos y amados por Él!

      Dios te bendiga.

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