Superando la adversidad

(Tiempo estimado: 6 – 8 minutos)

Te saludo y te bendigo nuevamente a través de mi blog en este tiempo de confinamiento. En este día quiero darte una palabra especial para enfrentar tiempos difíciles, de modo que tu corazón se sienta alentado en el Señor y espiritualmente despierto para superar la adversidad.

¿Qué es la “adversidad”?

En palabras sencillas, es cualquier situación contraria o poco favorable. Viene de la palabra latina “adversitas”, conformada por el prefijo “ad-“, que significa “hacia”, el vocablo “versus”, que puede traducirse como “dado la vuelta” y el sufijo “-dad”, que se usa para indicar cualidad. Adversidad es también la cualidad de “adverso”, un término utilizado para referirse a algo o a alguien que resulta contrario, desfavorable o enemigo. Por lo tanto, la adversidad implica un momento difícil de vivir que no eliges tú, sino que llega de manera inesperada.

Ahora bien, considerando que la adversidad simplemente llega sin que la hayas previsto o planeado, es importante aclarar que no es a ti el cuestionar las razones por las cuales sucede: recuerda que Dios es soberano y sabe muy bien porqué la permite y en qué momento. Adicionalmente, Él mismo te promete estar contigo en tus momentos adversos.

Salmos 37:24 (RVR 1960)
“Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano”.

Salmos 145:14 (RVR 1960)
“Sostiene Jehová a todos los que caen,
Y levanta a todos los oprimidos”.

Proverbios 24:16 (RVR 1960)
“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse;
Mas los impíos caerán en el mal”.

Si Dios ya te ha dicho tantas veces que no quedarás postrado al atravesar por situaciones difíciles porque Él es quien sostiene tu mano y te levanta cuando experimentas opresiones, ¿por qué a veces no vives en esta dimensión? ¿qué es lo que impide que creas estas verdades en el fondo de tu corazón? Déjame decirte que tengo una hipótesis al respecto: el problema podría radicar en la naturaleza del proceso y en la manera en que decides verlo y vivirlo.

Para hablarte con mayor propiedad acerca de esos dos últimos aspectos, me gustaría en este momento hablarte de dos personajes que vivieron situaciones adversas; es decir, contrarias a su voluntad y elección. Ellos son: Job y el Apóstol Pablo. 

Job

Me gustaría que leyeras el libro de Job, de modo que tengas un panorama más completo de todas las situaciones adversas y complejas que vivió, y que puedas reflexionar conmigo, de una manera más detallada, acerca de la forma en la que actuó frente a sus momentos de adversidad: 

En primer lugar, Job no renegó de Dios sino que aceptó su voluntad, y su corazón fue puesto a prueba nuevamente. En segundo lugar, Job evidenció que no entendía lo que estaba pasando y demandó una explicación de parte de Dios (supongo que vivió una ruleta de emociones mientras trataba de entender lo que sucedía). En tercer lugar, al ser honesto con Dios, Él mismo le dio una explicación y fue exaltado por el Señor.

Salmos 51:6 (RVR 1960)
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”.

Al Señor le gusta que seas sincero y que le expongas tu corazón tal y como es. 

Pablo

En este punto, sería bueno que leyeras Hechos 27. No obstante, para ayudarte un poco con el asunto de la lectura esta vez, quiero mostrarte un video que narra la misma historia:

Perspectiva limitada y Perspectiva eterna

Hasta este punto hemos estudiado dos personas que vivieron situaciones muy adversas y que reaccionaron a ellas de una forma grata delante de Dios, ¿lo entiendes? La reacción y la manera de enfrentar tu adversidad va a depender en gran manera del nivel de comprensión que tú tengas sobre tu perspectiva limitada de las circunstancias y la perspectiva eterna de Dios.

Perspectiva limitada: Job 40:1-5

Permite que este pasaje te aliente hoy a decirle al Señor que no quieres discutir más con Él, que no tienes nada para decir como Job, salvo que Él es bueno. Él lo sabe todo, y aún si no te explicara nada, Él sigue siendo Dios. Deja que tu confianza descanse en la magnificencia de su poder y en el conocimiento de que su perspectiva es eterna (mucho más alta y mucho mejor que la tuya). 

Perspectiva eterna: Hechos 28:17

Finalmente Pablo llegó a Roma y compareció ante Festo, ¿lo entiendes ahora? La tormenta no es el fin y Dios quiere tú pongas tu confianza en Él durante tu tormenta para que Él pueda cumplir sus propósitos en ti.

Más que vencedores

Romanos 8:25-39 (RVR1960)

25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 
26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 
27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 
34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 
36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Dios te conceda la gracia de sentirte amado de tal modo por Él, que recobres todas las fuerzas que necesitas para superar estos tiempos de adversidad.

Bendiciones.