Eres lo más dulce, lo más excelso,
lo más grande de todo el universo.
Lo más sublime de mi filosofía,
lo más utópico de mi escatología.
Eres el mejor de mis paradigmas
y la solución a todos mis enigmas.
La perfecta corrección de mis falacias
y la victoria total sobre mis desgracias.
Lo eres todo para mí, Jesús.
Así de simple.
Y tal vez no lo entienda “todo”…
¿por qué habría de entenderlo?
La falta de comprensión
es la razón de nuestra unión.
El motivo de nuestro lugar secreto,
la razón de nuestro momento eterno.
Eres la filosofía de mi mente
y la pregunta ontológica más bella
de toda la filosofía de mi lenguaje.
Eres la filosofía de mi poca ciencia
que entiendo bien hoy que sin ella
ya mi alma escasearía de paciencia.
¿Quién es digno de pasar al frente
y desatar del libro sus siete sellos?
¡El más digno, el más temible!
El león y el cordero apacible.
Superas en demasía los pensamientos nietzscheanos
y me has explicado tú los argumentos hegelianos.
Sin ti, Jesús, no sabría de filosofía.
No habría nada que yo entendería
y todo mi ser por ahí andaría
deseando muchas cosas… ¡locamente haría!
Eres la historia más increíble entre todos los relatos ricœurianos,
mi mejor relación de poder entre todos los debates foucaultianos,
el fenómeno más claramente descrito entre todos los textos husserlianos
y la crítica de la razón más pura de todos los postulados kantianos.
Eidético,
hermenéutico,
ontológico
y poético.
La filosofía entera en una sola palabra:
JESÚS.
¿Qué más podría yo decirte?
¿Cómo más podría describirte?
¿Qué otra palabra usar para exaltarte?
¿y mi corazón, cómo más darte?
¿Cómo hacer más cosas con palabras,
para superar la filosofía foucaultiana?
Ni Locke, ni Hume
y sus propuestas empiristas;
ni Leibniz, ni Descartes
y sus ideas racionalistas;
ni el más teso Kant
y sus razones criticistas;
ni Wittgenstein,
ni sus colegas lingüistas.
¡Nadie puede explicarte
ni en sus redes de palabras atraparte!
NADIE.
Eres la “conjunción más perfecta
de todas las excelencias”,
como bien lo declaraba
el pastor Jonathan Edwards.
Nada se sale de tu poder.
No hay nada mejor que tu amor fiel.
Eres mi teología
y mi estética.
El anhelo más intenso de mi misionología,
y el verso más extenso de mi sonora poética.
La posesión más valiosa de mi materialismo histórico
y el experimento más veraz de mi positivismo lógico.
Eres mi filosofía, Jesús,
solo Tú y nadie más que Tú.
Mi génesis.
Mi exégesis.
Mi homilética.
Mi apologética.
Mi estandarte.
Mi valuarte.
Mi única historia.
Mi única gloria.
A continuación te comparto un audio del poema leído por mí:
WoW! Qué bella inspiración 😍 seguramente le provocó una enorme sonrisa a nuestro amado Dios 😊
Eso espero, Mary. Es mi deseo sacarle a Dios sonrisas todo el tiempo con mi vida, mi escritura y todo mi ser.
Te mando un abrazo.
Muy, muy hermoso, en Él están todas las respuestas que necesitamos, más la paz del alma que añoramos…
¡Así es, don Omar! Él es la respuesta a todas nuestras peticiones.
Un abrazo.
Hola André, que hermoso poema para nuestro Salvador!! Iniciemos esta semana exaltando su Nombre y expresando palabras nunca antes expresadas para declararle nuestro Amor…
Dios te bendiga 😇🙏