Las personas que tenemos un deseo genuino por las cosas de Dios anhelamos profundamente comprender Su Palabra. Queremos encontrarnos con el Señor en las Escrituras y tener una vida de relación profunda con Él.
Ahora bien, el mundo del Espíritu es como un mar en el que no puedo entrar de cualquier forma. Para adentrarme allí, mi corazón debe primero disponerse de una manera especial; esto es, “soltarse” en el Señor para que sea Él mismo quien me introduzca y me permita navegar en ese vasto universo de su Santo y Perfecto Espíritu. Una vez mi corazón se dispone sucede algo precioso y es que Él (Dios) comienza a intervenirlo y a tratarlo de tal forma que es transformado totalmente… ¡mi vida es sumergida con poder en las profundas aguas de la presencia sobrenatural de Dios! Este milagro suena algo parecido a esto: – “Señor, este es mi corazón. No vengo a decirte lo que tienes que tratar conmigo de antemano. Solo vengo a ponerlo delante de ti para que seas Tú quién me muestre qué hay en él y de qué forma Tú lo quieres transformar”.
En esta ocasión quiero compartir con ustedes una serie de experiencias personales relacionadas con dos procesos muy dolorosos: la enfermedad y el duelo. A través de este testimonio en video, quiero hacer especial énfasis en cuatro áreas de mi vida que Dios mismo me ha mostrado deben ser intervenidas de una manera poderosa y cuyo “tratamiento” me va a permitir tener una vida de mayor comunión e intimidad con Él.
Espero de corazón que mi experiencia pueda bendecirlos y traer esperanza a los corazones afligidos. Por esta razón, he decidido titular la presente entrada así: “Cosas que aprendes en momentos de dolor”.
A continuación incluyo un breve resumen de las cuatro áreas centrales del testimonio y cada uno de los versículos que el Señor me regaló para ejemplificar y explicar en detalle cada una:
1. La primera área de la cual les quiero hablar es el miedo. Si hay miedo en nuestros corazones, Dios necesita intervenirlo sobrenaturalmente.
Filipenses 4:6-7 (RVR 1960)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
1 Pedro 5:7 (RVR 1960)
“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”.
Nahum 1:7 (RVR 1960)
“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían”.
Salmo 112:7-8 (RVR 1960)
“No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su deseo”.
2. La segunda área que el Señor quiere tratar en nuestros corazones es el sentimiento de culpa.
Efesios 6:16 (RVR 1960)
“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.
3. La tercera área de la cual les quiero hablar y que debemos permitirle al Señor que trabaje en nuestros corazones es la incredulidad.
Marcos 9:24 (RVR 1960)
“Inmediatamente el padre del muchacho clamó diciendo: —¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!”.
Salmo 37:5 (RVR 1960)
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará”.
Salmo 27:13-14 (RVR 1960)
“Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”.
4. Finalmente, la cuarta área que debemos presentarle al Señor es la autosuficiencia.
Juan 15:5 (RVR 1960)
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
Ahora sí, sin más preámbulos, les dejo el video completo del testimonio:
