En lo grande y lo pequeño,
en mi despertar de este gran sueño.
En lo maligno y lo benigno,
lo claro y lo sombrío,
en mi soledad, yo en ti solo confío.
Contigo todo.
Todo contigo.
Lo quiero así todo: a solas.
En un jardín de luz que brilla
en la oscura noche;
resplandece tu mirada,
y tu ojo boreal de fuego intenso.
¡Que dulce amor todo mi ser derroche,
para que en paz y gozo
todo mi cuerpo trasnoche!
¿El sueño?
Se fue.
No dijo nada al partir.
Odiosas despedidas
que después celebro
contigo al sentir
que sin ti muero.
Sin ti no puedo.
Si no es contigo,
yo nada quiero.
Dormir, vivir.
Dosis perfecta no hay
más que tu mirada en la soledad de un santo cuarto
y tu aliento fresco en todo mi ser soplando.
Te quiero entero
y también a pedazos,
con todo y siempre,
con poco y mucho,
con fuego y agua…
¡así te escucho!
Y mientras tanto,
el eco de tu voz
resonante y vibrante,
que no se apaga,
no se silencia.
¡Gloria a ti, mi Dios!
¡Tú, mi excelencia!
Contigo todo.
Sin ti nada.
Que muera adentro antes de deshonrarte,
que pierda todo a desagradarte.
Vale la pena todo, y un poco más.
Nunca es suficiente.
Contigo todo.
Lo puedo todo.
Bello poema 😍