Me pasan tus palabras y tus versos,
me pasan asombros y pensamientos.
Me pasa tu voz que suena como un trueno
entre la lluvia de mis lamentos.
Me pasan mariposas llevándose el malgenio
e ilusiones tristes gritando desde mis huesos.
Me pasan tus miradas y tus regalos dobles,
me pasan Jueces, me pasas Tú.
Me pasan celos, iras, pleitos y contiendas,
me pasa la duda y la inconsistencia.
Me pasa la impotencia de obedecerte,
y un fuego que arde por Tu Presencia.
Me pasan las tierras del Neguev,
los manantiales de arriba y también los de abajo.
Me pasan tus lindos obsequios
y la certeza increíble de tu gran anhelo.
Me pasa el Padre. Me pasas Tú.
Que ¿qué me pasa?
Me pasan tus promesas y tus sueños.
Me pasa tu Palabra hasta los tuétanos.
Me pasan lágrimas de esperanza
que fluyen quitando antiguos deseos.
Me pasas Tú, Jesús. Me pasas Tú.
Eso me pasa.