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Estaba en una montaña a las afueras de Manizales. Inmersa en medio de una celebración, pude ver muchas personas tomando fotografías y pasándola bien. Enfoqué mi mirada y vi un lugar cerca a una piscina, desde el cual una amiga me llamaba pidiéndome el favor de tomarle una foto. Me aproximé a tomarla y, justo antes de hacerlo, me percaté de un hermoso panorama de la ciudad de Manizales a los lejos, logrando distinguir algunos de sus sitios más icónicos bellamente iluminados. Todo lucía como una fotografía nocturna de postal. Nuestra ciudad es hermosa, a decir verdad.

Me incorporé de nuevo para tomarle la foto a mi amiga y vi el cielo abrirse. Era como si alguien hubiese abierto las nubes como una cortina de teatro que descubre lo que hay en el fondo; de modo que pude ver en el cielo palacios y calles de oro preciosísimas. En verdad era el cielo justo encima de la postal de mi ciudad en la noche. Viéndolo de cerca parecían como dos ciudades… una encima de la otra… ¡absolutamente increíble y sobrenatural! Pude sentir un temor reverente y olvidé el asunto de mi amiga y su foto por completo.

Acto seguido vi un aro de fuego en forma de ojo dibujarse en el cielo. El ojo boreal de Dios se movía con delicadeza mientras observaba la ciudad y sus habitantes. Comenzó a cerrarse y a abrirse con mucha parsimonia, como cuando uno está jugueteando con el sueño o hace algún gesto romántico a alguien cercano. Parecía un coqueteo de Dios sobre nuestra ciudad 😍

Ese fuego comenzó a hacerse cada vez más fuerte y caliente. La mirada penetrante de Dios sobre Manizales se sentía con fiereza y comencé a escuchar un estruendo fuerte proveniente del ojo.

Acto seguido, una columna de fuego comenzó a salir del ojo y se extendió hacia abajo como un cono… algo así como un tornado, pero de arriba hacia abajo. La columna buscaba personas… (o por lo menos eso creía). Se percibía una mirada inquieta buscando algo… deseando encontrar algo. Se movía con fuerza e ímpetu sobre nuestra bella ciudad.

En un momento, pude sentir que la columna de fuego era una clase de “aspiradora” y comenzó a “aspirar” todas las oraciones de las personas en Manizales ¡Fue increíble! Vi y escuché a muchas personas orando, y en la medida en que oraban, esa columna de fuego recogía las oraciones y las llevaba hacia arriba… hacia el cielo.

La columna de fuego era grande y tenía una gran capacidad para aspirar toneladas de oraciones, pero solo recogió algunos kilos. Me temo que Dios desea que oremos más… lo busquemos más… lo deseemos más 🙏🏻

¡Fue hermoso mi sueño! Me da confianza y esperanza porque Dios me ha mostrado de una manera muy gráfica, una vez más, que Él considera muy importantes las peticiones de mi corazón y el clamor del remanente de su pueblo en Manizales.

Le doy gracias al Señor por mi sueño. ¡Fue hermoso contemplar su ojo boreal sobre mi ciudad y sobre mí! 👁️

Andrea Suárez Salazar

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