Devuélveme la vida, Jesús
aquella que perdí mientras divagaba en pensamientos necios y pequeños.
Devuélveme el respiro,
ese aliento que perdí al ahogarme en quejas y reclamos tontos.
Devuélveme la sencillez,
esa del alma que no se improvisa ni se maquilla,
esa que sale brillante a relucir tu rostro al compartir con otros.
Levanta lo caído y endereza lo torcido
Reconstruye lo quebrado y carga lo pesado
para que nunca más se dañe ni sea corrompido
para que nunca más te duela, para que nunca más me hiera.
Devuélveme tu dulce voz que en el oído
grita siempre un “te amo”,
canta siempre un “te anhelo”.
Que lindo!!!
Gracias, César. Dios te bendiga.