Te saludo una vez más, apreciado lector, esta vez para darte las gracias por haber seguido esta mini-serie de “Cuervos y Palomas” durante este tiempo. Sé muy bien que es un tema amplio y profundo, que ameritaba varias publicaciones.
Espero que durante esta última entrada que he decidido titular:“Elías es enviado como paloma” puedas meditar en la manera en que el Señor quiere enviarte a las personas en medio de sus confrontaciones personales y momentos de prueba.
Durante las entradas anteriores estuvimos estudiando el tema de la aflicción, así como el carácter de los cuervos y de las palomas, y su relación con las personas en medio del pueblo de Dios que tienen dichas características. En la cuarta parte, hicimos un énfasis especial en la paloma y quedamos con la esperanza de que el Señor forme en nosotros las características preciosas de ese animalito (o por lo menos, eso espero).
En este momento quisiera presentarte nuevamente a Elías, pero viviendo un momento muy diferente al descrito en la primera entrada. Ya no está afligido hasta la muerte, sino que ha sido alimentado poderosamente por el Señor (por cuervos) y es enviado a la viuda de Sarepta (como paloma). Veamos:
“Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir”.
1 Reyes 17:8-12 (RVR 1960)
Elías es enviado por el Señor a una mujer viuda que está en un profundo dolor y necesidad (tal y como quiere hacerlo con cada uno de nosotros). Vivía con su único hijo y ya no tenía ninguna esperanza para vivir, pues la comida escaseaba y no tenía recursos económicos. ¿Te imaginas cuál sería el grado de la aflicción de esta mujer para que expresara: “y nos dejemos morir”? Yo no sé a ti, pero a mí me genera un impacto muy profundo en el corazón el hecho de meditar en esa expresión.
Actualmente hay miles de personas en el mundo que no le encuentran sentido a sus vidas y solamente piensan en la muerte de manera constante en su corazón. Sus problemas les han llevado a experimentar tal punto de dolor y quebranto emocional que solo desearían estar muertos y toda luz de esperanza ha desaparecido en sus corazones. Es una condición realmente lamentable en muchas personas necesitadas de nuestra generación.
Elías es enviado como paloma mensajera a esa viuda, pues el Señor tiene un mensaje puntual para ella que traerá esperanza y vida:
“Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”.
1 Reyes 17:13-16 (RVR 1960)
¡Qué precioso es nuestro Dios! Él nos permite pasar por valles de sombra de muerte, pero nos alimenta y nos levanta poderosamente para ser enviados a otros con un mensaje de esperanza. Elías conocía muy bien lo que era pasar por momentos difíciles y por eso tenía el corazón para consolar a otros -en este caso la viuda-, y darles una palabra de esperanza de parte de Dios. En este sentido, concluimos que uno de los frutos más preciosos que Dios puede darnos a partir de nuestras aflicciones es el privilegio de ser enviados a otros “como palomas”.
Me gustaría que hicieras una pausa en esta parte y acabaras de leer el capítulo 17 de 1 Reyes. Vas a encontrar algo aún más poderoso que hizo el Señor a través de la vida de Elías a favor de la viuda: ¡levantó a su hijo aún de los muertos después de haber caído gravemente enfermo!, por lo cual la viuda finalmente exclamó en el versículo 24:
“Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca”.
¿Cuál es la respuesta que le doy yo al Señor después de ver tantos actos de amor y misericordia hacia mi vida?
Quiero que pienses por un momento en esto. Tengo que confesarte que de manera permanente pienso en la clase de respuestas que le doy al Señor en mi corazón con relación a todas las manifestaciones de amor y cariño que tiene con mi vida: son aún muy pequeñas y muy escasas ¡Cómo duele la estrechez de mi corazón!
En La Palabra de Dios, encontré una respuesta preciosa al amor. Lo que más me sorprendió es que en ella -como es propio de un Dios de amor como el nuestro que nos sorprende con el más mínimo detalle- encontré nuevamente a los cuervos y a las palomas.
“Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo. Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche, y a la perfección colocados. Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores; sus labios, como lirios que destilan mirra fragante. Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros. Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino; su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros. Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, oh doncellas de Jerusalén”.
Cantares 5:10-16 (RVR 1960)
¿Logras entender la profundidad de esta respuesta de un ser humano al amor de Dios? Ya sea que estés victorioso y gozoso por una buena estación en tu vida o estés escondido en el agujero de la peña por causa del dolor y la aflicción, recuerda: Dios sigue siendo Dios. Él no es como los seres humanos. Nunca obliga, nunca exige… Él enamora: Dios sí sabe cómo conquistar el corazón del ser humano.
Un último pensamiento
Recuerda que todo aquel que come carroña es un cuervo, y quienquiera que come semilla o fruto es una paloma. En este sentido, ten cuidado de no estar viviendo en la carne ni de estar alimentándote de pensamientos de muerte o depresión. Dios desea sacarte de todo egoísmo y despojarte de todo lo que aún haya de cuervo en tu vida. Con seguridad va a permitirte momentos de dolor, pero tendrá todo el cuidado y la provisión que sean necesarios mientras pases las pruebas y te levantará con poder en su momento para usarte de una manera especial en medio de su pueblo y de esta generación.
Por el contrario, te invito a que seas paloma. Las palomas se alimentan bien de la Palabra de Dios y traen mensajes del cielo para que otros los escuchen y se hagan verdad en ellos.
Sé paloma. Sé de aquellos que vuelan alto en el Espíritu y que tienen una clara orientación hacia el cumplimiento del propósito de Dios para con sus vidas.
Que Dios te bendiga.
Referencias
- https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/4125/la-sorprendente-inteligencia-de-los-cuervos?utm_source=internal_link
- http://institutumjudaicum.weebly.com
- https://www.nationalgeographicla.com/animales/2018/07/un-estudio-confirma-que-cuervos-norteamericanos-son-agresivos-frente-otros-cuervos
- https://pangeanimales.com/aves/cuervo/
- https://www.curiosfera.com/la-paloma-caracteristicas-tipos-alimentacion/
- Video profecía: https://www.youtube.com/watch?v=YU7MLdFaXDM