En tu abrazo me pierdo.
No me interesa encontrarme.
En lo estrecho de tu pecho
mi cabeza halla su lecho.
.
¿Acaso sabes tú cuánto mal yo he hecho?
Mucho, demasiado. Más del que imagino.
Más del que consciente soy.
Aún más; y un poco más arriba que antes.
.
Cautiva del silencio entre los muros
sombríos, fríos y duros
de esta casa de soledades
que divagan en los cuartos.
.
Triste, maltrecha y estrecha
llorando silente la desautorización.
No se me es permitido hablar
en este abrazo mudo de amor.
.
Ya no quiero, Señor. Me duele.
Voy a dormir.
No me encontré;
y tampoco quería.